Un compilado de lo ya antes nombrado, donde nombro un mundo injusto, un lugar habitado por el dolor y la desesperanza, donde la muerte se esconde a la vuelta de la esquina y la vida se nos va de entre las manos, donde existieron un par de amantes que creyeron ser perfectos, pero hubo algo que marchito todo aquello que se cultivo, donde no se viven si no sueños que aun siendo dolorosos son mejor que la realidad, pues te queda el consuelo de que no es real o que puedes intentar volverlos realidad, donde cada día tengo deseos de escribir incoherencias, para evadir mi existencia, mis lúgubres vivencias y el odio que me llena de impaciencia por acabar el día que se me ha otorgado y me hace sentir apenado el continuar una incoherencia mas, y me libera soñar nuevamente con tu ser, de todo el veneno que tengo pero es como una droga solo hará efecto unas cuantas horas, antes de volverme de patadas a lo que día a día sufro, sigo escribiendo dicen que es por ti y lo hago por mi es una forma de alejar la locura, de aflorar mi amargura, mi pesar, que no quiere pasar, mas yo me debo acostumbrar a que el deba estar, hay punzando, mi corazón y por algún motivo ya las velas de la noche no me acurrucan, me mantienen despierto escribiendo y perdiendo el tiempo, no puedo concentrarme y te imagino paseando a mi lado, recuerdos vagos de una pasar por las calles antes de verte marchar y creo entender a los guerreros de antaño, tanto dolor les da fortaleza, en mi experiencia este dolor, en odio y rabia a los demás quiere desembocar, ya hoy no puedo ni soportar a un individuo durmiendo en el suelo del vagón con sus piernas estiradas hasta cubrir una de las entradas y en mi interior solo deseos de acabar y desquitarme con aquel personaje imprudente, pero me cuestiono y cuestiono aquello que cuestiono, soy un acto fallido un ser patético inservible que solo sabe fallarle a quien más le importa, por quien daría hasta la vida, pero hasta en eso creo que fallaría, finalmente creo llegar a los confines de mi vida, una ilusión creada en mi mente, no un mundo, no dos mundos, un mundo y medio que pierde sentido en un ser vacío, en mi, mi interior donde habita el horror, un cobarde que arde una y otra vez sin poder acabar, nadie se percata que solo quiere poder amar y entregar su cuerpo o su vida a los demás y así llegamos a otoño en primavera, donde solo un recuerdo tengo que atesorar luego de por completo querer me entregar, al sentirme especial, mas devastados mis sentimientos son, pues un acto fallido soy y solo se arruinar lo que en mi vida una luz de esperanza parece ser, solo un ser patético que no puede demostrar sin aberrar en su actuar y de aquí en adelante solo días lúgubres, búsqueda de una salida, buena o mala hasta ya no aguantar más la presión, que puta sensación la de esta prisión, mi cuerpo mi mente, la sociedad, donde finalmente llora lágrimas el corazón con tal pasión, que seco hasta su palpitar y busca escapar y recuperar lo que perdió en el alcohol, donde solo pensamientos suicidas acuden a esta triste vida que ya no haya otra salida, aunque vacila su alma pasiva ya no puede mas y mesclando alcohol con pastillas quiere acabar, y así comienzan los preparativos para el final, una carta dedicada a una persona especial, encargada a un amigo admirado, sensible y verdadero (pocos quedan de aquellos) y bueno tenté mi suerte, suerte maldita, suerte que solo me mantiene para hacerme sufrir, al día siguiente tirado despierto mirando el techo y no entiendo donde estoy, pues aquí estoy, no partí, lo que prepare a la basura se fue y es así como tristemente sigo sintiendo pienso, seguiré escribiendo por un tiempo, pues si no me quieren dejar partir, yo ya no quiero volver a sentir, es así como hoy me despido no pienso volver a escribir, quizás hasta deje de vivir y sea un caminante un simple errante en este mundo y caminare con una sonrisa plantada en la cara, jamás podrán ver más a ya de lo que realmente expresa mi mirada, mirada que logro divisar a la flor, más bella de aquel jardín, pero solo vio su hermosura y sin cuidado de que se protegía con espinas, espinas de adiós, de esas que se clavan y es imposible quitar, se incrustan en la piel, en la carne y desangran sin pación al corazón que hoy llora lágrimas mescladas con sangre y dolor, todo porque de él se apodera la pación cuando siente que ha encontrado al amor, y se clava con cada vez mas espinas, donde cada nueva espina abre heridas anteriores que parece no volverán a cicatrizar.
Llegando ya casi al final de esta historia de nunca acabar, escribí una carta, que no creo tenga importancia, no creo que cambie mucho las cosas, pero desnudo mi alma, en cada palabra, solo recibo “que lindo”, es exactamente aquel comentario que odiarías recibir de tu trabajo, teniendo en cuenta que sudas pasión, amor y buscas la seducción desde tu arte, pues esperas una respuesta más profunda de un trabajo que has realizado, para un análisis, para una resolución más profunda que un “esta lindo”. Es aquí donde, creo que digo mucho de lo que siento y pienso decir cada vez que se que estas al otro lado y puedes ver lo que coloco, pero no quiero incomodar y solo por el hecho de preguntar por tu situación actual creo ya ser una incomodidad y finalmente no sé lo que escribo ya, pues no encuentro la aprobación que busco, y no encuentro mi aprobación, ni sensación de satisfacción por escribir con el corazón más que con la razón y mis manos un medio para que te enteres de este simple peón del destino, se que a pesar de que no tomes en cuenta lo que plasmo en un papel como yo deseo que lo hagas me has de recordar, haré algo que te provoque tal incomodidad que en lo que te guste, mi cara tengas que aguantar y en tus recuerdos me dedicare a vagar y así sumar días y días en mi andar, hasta que mi cuerpo no aguante mas, mi corazón deje de palpitar y quizás muchos arrepentimientos, lleguen a aflorar, mas el mío a la tumba y quizás hasta al infierno me he de llevar y atormentaré ha Satanás con mi presencia eterna dando gracias por la morada que me toque encontrar, pues quizás aquí encuentre motivaciones y del averno continúe escribiendo.
